¿Podía la comida ya preparada y envasada ganarse un hueco en una mesa de Navidad? ¿Y los móviles reacondicionados ser una tendencia cada vez más al alza? ¿Qué porcentaje de alimentos terminarán en la basura? Consumo y Navidad son dos conceptos íntimamente ligados, y todos los años conviene hacer un repaso por las tendencias que se esperan para el momento actual. Muchas de ellas se repiten con respecto a navidades anteriores, pero con otras podemos ir viendo cómo se consolidan o van haciendo cambiar diferentes hábitos de consumo. En Hinojosa abordamos tres de estas tendencias para la Navidad 2022 y las implicaciones que tiene para el consumidor.
Navidad sostenibles
No es ninguna novedad: la sostenibilidad ya no es una simple tendencia. Se ha convertido en una actitud transversal que afecta tanto a las compras para hacer regalos en Navidad, como a las comidas y cenas de esta época del año. Cada vez son menos los consumidores a los que hay que convencer de minimizar el impacto de nuestras acciones, y de hecho son ellos mismos los que provocan una cultura del cambio en las marcas.
Hay varios datos que avalan la afirmación anterior, pero uno de los más representativos se extrae de un reciente informe elaborado por PwC y Uncommon: hasta el 65% de los consumidores españoles incrementarían todavía más el consumo de productos sostenibles si los precios fueran algo más asequibles.
Se trata de un hecho que también se ha percibido en el terreno de los regalos. La tecnología, dueña y señor de la gran mayoría de listas de deseos navideños, ya no le da la espalda a un segmento que hasta escasos años era residual: el reacondicionado. Quedan muy pocas marcas punteras en tecnología que no tengan su espacio reservado al reacondicionado, un producto que contribuye de forma activa a la economía circular, con el que se ahorra mucho dinero y se reduce el uso de nuevos recursos. Desde Counterpoint Research nos dan una cifra al respecto: en 2024 nos situaremos en los 351,6 millones de unidades de smartphones reacondicionados enviados. Es decir, un 55,9% más que en 2020.
Los platos preparados llegan a la mesa de Navidad
Pavo, pollo, ternera, codillo, confit de pato y capón asado son, juntos a los tradicionales mariscos, los platos estrella de comidas y cenas en Navidad. Hasta aquí no hay ninguna novedad, aunque la visión cambia cuando confirmamos que muchos de estos alimentos llegarán (en diferentes versiones y preparaciones) hasta la mesa navideña ya preparados. La consultora IRI ha cifrado en 8,6 millones de euros la inversión en comida envasada que se adquirirá en España. Por su parte, desde Aecoc confirman la tendencia: sus previsiones apuntan a que un 35% de los consumidores llevarán a casa comida adquirida en puntos de preparación esta Navidad 2022.
¿Los motivos? No hay uno que destaque por encima de otro. El 22% de los consultados aseguran que se trata de algo más práctico, un 16% cree que les sirve para ajustarse mejor al presupuesto disponible, mientras que otra horquilla importante de población ya ha aceptado con naturalidad la compra de este tipo de comida: y es que cuando se elabora con técnicas caseras y se distribuye en un embalaje ideado para que el alimento conserve sus propiedades más tiempo, las recetas de pollo, ternera o capón no tienen nada que envidiar a las que se podrían hacer en la cocina propia.
El derroche alimentario sigue en el punto de mira
Cambios en las tendencias de consumo como la compra de alimentos ya preparados y envasados en un packaging adecuado han contribuido a reducir el impacto que el derroche alimentario tiene en nuestro país, pero sigue siendo un elemento preocupante. Todavía se pueden hacer más cosas para evitar que un 26% de los españoles tire comida en Navidad y, de ese porcentaje, un 36% asegura que en estas fechas tira más que en otras épocas del año, según el sondeo de Too Good To Go.
Para ayudar al cliente final a reducir la cantidad de comida que acaba en la basura, y contribuir a que las marcas abanderen la lucha contra este mal recurso, desde Hinojosa tenemos nuestra propia guía para orientar y establecer buenas conductas frente al desperdicio de alimentos.