ES | EN | FR | PT

El desafío de la ‘smart agro’: más alimentos para una población al alza

Imagen de Grupo Hinojosa

8 de septiembre de 2017

La agricultura a nivel mundial tiene por delante un auténtico desafío. No es algo nuevo. Este sector, el primero que se enfrentó a la globalización, que aprovechó sus ventajas y sufrió sus consecuencias, ha sabido transformarse continuamente a lo largo de su historia. La agricultura a nivel mundial tiene por delante un auténtico desafío. No es algo nuevo. Este sector, el primero que se enfrentó a la globalización, que aprovechó sus ventajas y sufrió sus consecuencias, ha sabido transformarse continuamente a lo largo de su historia.

No tiene más alternativa, porque de la agricultura depende la producción de alimentos y de ella el abastecimiento de la humanidad. Y ahí está la clave de este asunto.

Naciones Unidas prevé que la población mundial aumenté en más de un tercio hasta 2050. Es decir, dentro de treinta años, habrá 2.300 millones de personas más en la tierra. Aunque parezca una cifra estratosférica, que de hecho lo es, esta tasa de crecimiento es inferior a la registrada en las últimas décadas, que fue de 3.300 millones de personas, según datos de la ONU.

Este incremento lleva consigo un reto que afecta directamente a la agricultura. La demanda de alimentos continuará al alza para abastecer a una población más numerosa.

Este incremento lleva consigo un reto que afecta directamente a la agricultura: la demanda de alimentos continuará al alza para abastecer a una población más numerosa.

“Se calcula que la demanda de cereales destinados tanto al consumo humano como animal alcanzará unos 3.000 millones de toneladas en 2050, frente a la cifra actual de cerca de 2,1 mil millones de toneladas”, explica la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un informe sobre la perspectiva de la agricultura en 2050.

Este organismo señala que para alimentar a una población mundial que superará los 9.000 millones de personas en 2050 será necesaria aumentar la producción de alimentos en un 70% hasta 2050. Es decir, “la producción anual de cereales, por ejemplo, tendría que incrementarse en casi mil millones de toneladas, y la de carne en más de 200 millones de toneladas hasta alcanzar un total de 470 millones de toneladas en 2050”, indica este estudio de la FAO.

Inteligencia artificial, en las explotaciones agrícolas

Estas cifras suponen un auténtico desafío para la agricultura, un reto donde las nuevas tecnologías tendrán un papel clave para abordarlo. La necesidad de producir más alimentos con cada vez menos recursos llevará a incorporar nuevas soluciones tecnológicas para tener unos sistemas de producción más eficaces, pero también más respetuosos con el medio ambiente.

 

De hecho, expertos en la transformación digital de la agricultura sostienen que la inteligencia artificial y el Big Data aumentarán la productividad de las explotaciones agrícolas. La utilización de sensores para monitorizar los cultivos mejorará la toma de decisiones e incluso podría reducir el uso de fitosanitarios de forma preventiva. Al calor de la agricultura 4.0, están surgiendo empresas ‘start up’ que aportan soluciones tecnológicas, llamadas a revolucionar una vez más el campo.

 Al calor de la agricultura 4.0, están surgiendo empresas ‘start up’ que aportan soluciones tecnológicas, llamadas a revolucionar una vez más el campo.

La ventaja de este sector para las empresas tecnológicas es que la agricultura abarca un largo proceso con muchos factores a tener en cuenta. El control del terreno, la salud de la tierra, la selección de las semillas, los sistemas de regadío, distribuir de manera eficiente el agua -tan escasa en épocas de sequía-, calcular los tiempos de riego, digitalizar un invernadero, la cadena agroalimentaria…

Múltiples variables que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son capaces de gestionar a gran escala y rentabilizar el esfuerzo del agricultor.

Cuando hablamos de este desafío del sector primario, parece que nos referimos a algo que está por llegar, pero lo cierto es que la agrotecnología o la ‘smart agro’ es ahora una realidad. Ningún sector se escapa al impacto de la economía digital, menos todavía uno tan imprescindible como el de la agroalimentación del que directamente depende la población y con tantas posibles aplicaciones tecnológicas.

Softwares para ajustar la dosis de fertilizantes o fitosanitarios en cada cultivo de la explotación; drones para visualizar el terreno con fotografías aéreas; GPS de autoguiados o sensores para distribuir el agua son utilizados por los productores más avanzados del sector primario. ¿Veremos también a robots vendimiando?

Esta pregunta futurista tiene ya una respuesta real. Un ingeniero francés diseñó hace unos años un robot vitícola, capaz de reconocer las vides en su momento óptimo y vendimiar hasta 600 plantas al día.

Comparte esta entrada: