La Comisión Europea (CE) propuso en marzo de 2018 un plan para promover la pesca sostenible en aguas del Atlántico occidental. El objetivo es mantener los caladeros a niveles biológicos adecuados.
La Comisión Europea (CE) propuso en marzo de 2018 un plan para promover la pesca sostenible en aguas del Atlántico occidental. El objetivo es mantener los caladeros a niveles biológicos adecuados.
La propuesta de la CE, que comprende desde el Golfo de Cádiz hasta el oeste de Escocia, se centra en la pesca responsable de las especies demersales (que viven en el fondo o cerca de él) como el rape, el gallo o la merluza, y afecta a una de las zonas de gran actividad de la flota española.
En la actualidad, la captura en estas aguas está regulada por cinco planes separados, que la Comisión Europea pretende combinar en un solo programa plurianual europeo. Una propuesta que afectaría a las flotas de Bélgica, Alemania, Francia, Irlanda, Portugal, Reino Unido y España en esta región del Atlántico. Ante la posibilidad de reducir los planes a uno, desde el ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente reclaman que el nuevo plan europeo respete las especificidades entre las zonas norte y sur.
Sostienen que hay varias diferencias entre las aguas suroccidentales y noroccidentales, como el porte de los barcos, el dimensionamiento de las flotas por número de unidades o el desarrollo de la actividad pesquera.
Además, España pide también flexibilizar la normativa europea que prohibirá los descartes (capturas no deseadas de peces que después, muertos, son arrojados al mar) en todos los caladeros a partir del próximo año.
La propuesta de la CE gestionará especies entre las que se encuentra el bacalao, los gallos, rape, la merluza, la cigala o el lenguado. Aunque el plan busca garantizar una sostenibilidad ambiental gracias a una pesca responsable, organizaciones ecologistas como Oceana han manifestado que es una propuesta insuficiente para preservar los ecosistemas del Atlántico.
Oceana considera que el plan de la CE solo fija límites de capturas sostenibles para 16 especies demersales y se desentienden de la sostenibilidad del medio marino en su conjunto. Según la organización, los estándares son inferiores para las capturas accidentales y esto provoca que las especies menos rentables puedan sufrir sobrepesca.
Sin embargo, valoran que el plan plurianual permita la activación de medidas de salvaguarda en el caso de que el stock caiga por debajo de los niveles de seguridad.
Este plan se enmarca también dentro de la Política Pesquera Común (PPC) europea, donde se establece que los caladeros deben alcanzar el máximo rendimiento sostenible para 2020, consiguiendo explotaciones a niveles biólogos seguros que ayuden a la conservación de nuestros ecosistemas.