Santiago de Compostela ha acogido este mes de noviembre la I Conferencia Internacional de Mujeres de la Pesca, un encuentro organizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Santiago de Compostela ha acogido este mes de noviembre la I Conferencia Internacional de Mujeres de la Pesca, un encuentro organizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) donde se ha puesto de manifiesto que las mujeres están presentes en todas las actividades del sector pesquero y acuícola.
Sin embargo, a pesar de esta contribución decisiva su papel no ha sido “suficientemente valorado ni cuantificado”, como se puso de manifiesto en esta conferencia. Esa invisibilidad femenina en el sector deriva a su vez en una falta de conciencia de género que impide dar respuesta a los problema y desafíos que afectan a las trabajadoras, según señala el Ministerio de Agricultura.
Para contrarrestar esta realidad, y sobre todo, para mejorar las condiciones sociolaborales de las mujeres, los países participantes en esta I Conferencia Internacional de Pesca han aprobado la Declaración por la Igualdad de oportunidades en el sector pesquero y acuícola.
La presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres de la Pesca (Anmupesca), Rita Míguez, fue la encargada de leer esta declaración, donde se invita a trabajar juntos para “incorporar la perspectiva de género en las políticas y estrategias sectoriales, garantizando marcos normativos que velen por la igualdad de trato y no discriminación, así como instrumentos para vigilar y hacer cumplir dichos principios”.
El documento aboga también, según se indica, por garantizar la “protección” de todos los trabajadores (mujeres y hombres) en materia social y de seguridad, para así contribuir a su dignificación profesional”.
Y se detiene en las mujeres haciendo hincapié en la mejora de sus condiciones laborales, “combatiendo la precarización, la segregación por razón de género, la brecha salarial o las barreras que dificultan la conciliación de la vida laboral, familiar y personal”.
La declaración hace referencia también a la formación profesional en pesca y acuicultura y resalta que es “imprescindible” promover el desarrollo profesional” de las mujeres, contribuyendo a “incentivar el emprendimiento femenino” en el sector, para lo que han de establecerse presupuestos públicos y facilitar el acceso de estas emprendedoras a subvenciones o créditos.
Y termina. “Es importante favorecer el asociacionismo y liderazgo femenino en el sector, garantizando la presencia de mujeres en los órganos de poder y representación, de esta manera podrán tomar parte activa en las decisiones que les afectan y defender sus derechos e intereses”.
47.500 mujeres trabajan en el sector
Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, destacan el peso social de las mujeres como “fuerza laboral” y “generación de riqueza” en las zonas dependientes de la pesca.
Alrededor de 47.500 mujeres trabajan en las distintas áreas de actividad, con mayor presencia en la industria y en las actividades que se dan desde tierra (un 67% en la industria conservera y un 63% en marisqueo a pie). Esta cifra contrasta con el escaso porcentaje de mujeres que dedicadas a la pesca marítima (en torno al 5%), según datos del Ministerio.
Eso sí recalcan que estas cifras de ocupación son similares a los demás países de la FAO, y que, ante esta realidad, España ha organizado esta conferencia para “impulsar y hacer más efectiva la igualdad de género”.
Además, para lograr esta igualdad entre mujeres y hombre, el Gobierno de España ha puesto en marcha también la Estrategia social del sector pesquero, que incluye entre sus líneas de actuación el apoyo a la creación de asociaciones y organizaciones de mujeres pesqueras.
Talleres y mesas redondas en la I Conferencia
En esta I Conferencia los ponentes han puesto de manifiesto que las mujeres están impulsando proyectos innovadores basados en el turismo marinero, la economía circular, el reciclaje o la revalorización de subproductos pesqueros.