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Inteligencia artificial, el machine learning y Big Data: la revolución está aquí

Big data y packaging

26 de agosto de 2019

¿Cuál será el papel de estas tres tecnologías en el futuro del comercio electrónico? Sus beneficios ya se pueden ver hoy en día, pero todavía les quedan recorrido por delante.

Los tres nombres técnicos que acompañan al título de este artículo son los que están llamados, sin duda alguna, a revolucionar por completo el comercio electrónico tal y como lo conocemos. La predicción la ha realizado la consultora eComm360, que se muestra convencida de que serán estas las tecnologías que más impactarán en los negocios online.

De hecho, desde la propia eComm360 aseguran que «el comercio electrónico va a seguir evolucionando con nuevas fórmulas hasta conseguir una experiencia de usuario 100% individualizada” de forma que las tecnologías ya mencionadas tendrán un papel clave en el proceso de compra del futuro más cercano.

Por lo tanto, los ecommerce españoles no pueden mostrarse ajenos a estas tendencias. Sobre todo, teniendo en cuenta que su volumen de negocio solo lo superan actualmente Reino Unido, Alemania y Francia. Por sectores, los viajes, la moda y los juegos capitanean el mercado, pero con el segmento de la comida pisando los talones.

La inteligencia artificial, al alza

Que el mercado online cambiará cada día hasta ofrecer soluciones totalmente personalizadas no es algo deba sorprender. Las empresas, de hecho, lo saben: para el año 2020, según datos de Gartner, está previsto que un 60% de empresas con comercio electrónico hayan implementado soluciones tecnológicas de inteligente artificial. Lo que se traducirá en que 1/3 de los ingresos podrían llegar desde esa vía.

¿Qué hace exactamente la inteligencia artificial para ayudar a un ecommerce? No se trata únicamente de vender más, que también, sino que esta tecnología se debe entender en global como un vehículo para optimizar la logística de la empresa, la atención al cliente y para crear patrones de comportamiento del usuario. No obstante, la aplicación de esta tecnología es claramente visible: los chatbots con atención 24/7, o las propuestas que recibe un cliente para repetir el último pedido en una tienda online son muestras evidentes de que la inteligente artificial es ya imprescindible.

¿Necesitará el ecommerce un científico de datos?

Sabemos que, en 2020, y de nuevo por un estudio de Gartner, más del 40% de las tareas de ciencia de datos estarán automatizadas. También sabemos que el Big Data será clave para organizar y entender mejor las bases de datos que se están generando (algunas de ellas sin control) y servirán para optimizar algunas decisiones como, por ejemplo, que a tus clientes les gusta más un SMS que un email. Además, los comercios podrán personalizar todavía más el proceso de compra con técnicas como el crosselling.

Aunque la implantación del Big Data en las empresas sea progresiva y con pequeños proyectos, todo hace indicar que esta transición llevará irremediablemente a la necesidad de contar con verdaderos analistas que sepan organizar, tratar e interpretar esa nube de datos que se ira creando, y que puede llegar a representar el 70% de las inversiones de determinadas empresas.

¿Qué se espera del machine learning?

Es otra tendencia abocada a cambiar por completo el mercado digital tal y como lo conocemos. El «aprendizaje automático» tiene un potencial espectacular para el ecommerce (y el comercio en general). Afectará a prácticamente toda la relación que un consumidor tiene con su tienda online favorita. Un chatbot (que también requiere IA) se encargará de guiarle por el camino correcto si tiene dudas, pero es que gracias a otros elementos menos visibles como los algoritmos inteligentes con autoaprendizaje se podrá llevar a un cliente hasta el producto que busca casi sin esfuerzo. La utilidad del machine learning no se queda ahí únicamente: gracias a su tecnología los vendedores pueden establecer precios justos y competitivos gracias al estudios del comportamiento de los usuarios, dejando de un lado las tradicionales «guerras de precios».

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