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El Certificado de Sostenibilidad IPS, un sello pionero cada vez con más peso

Sostenibilidad Hinojosa

13 de enero de 2020

Las empresas encuentran cada vez más instrumentos para demostrar que sus esfuerzos medioambientales no se quedan únicamente en meras intenciones.

“En Europa no se puede hablar de desarrollo si no se añade la palabra sostenibilidad”, sostiene Daniel Calleja, director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea. Dos términos muy concretos («sostenibilidad» y «desarrollo») que ya no se utilizan por una cuestión de modas, sino porque la sociedad -con los consumidores a la cabeza- son cada vez más conscientes de que el planeta vive de recursos limitados, de que la economía verde será un pilar del empleo del futuro y de que «no hay modelo de negocio competitivo que no sea sostenible».

Teniendo en cuenta las premisas anteriores, y la cifra de que en tan solo dos décadas habrá 9.000 millones de personas en la tierra, es lógico (casi imperativo) que muchas empresas quieran dar visibilidad suficiente a sus esfuerzos medio ambientales, y se esfuercen en superar con nota auditorias que tienen como objetivo último demostrar que sus procesos productivos y los resultados de estos son sostenibles, sin perder de vista la orientación económica y social. Actualmente, uno de los sellos más relevantes en este terreno es el Certificación de Sostenibilidad IPS, que ya muestran orgullosas decenas de grandes compañías en España. Entre ellas Hinojosa Packaging Solutions, por supuesto.

¿Qué es el Certificado de Sostenibilidad IPS?

La obtención de este sello certifica que los procesos, productos y servicios de la empresa que lo solicita cumple con varios requisitos:

  • El compromiso de la propia compañía con el desarrollo sostenibilidad.
  • Una innegable cultura de excelencia empresarial.
  • Respuestas adecuadas a las demandas de los consumidores que, como ya hemos apuntado, son cada vez más sostenibles.

Es el Instituto de Producción Sostenible el que actúa como auditor, encargándose de verificar que las empresas que lo poseen «cumplen con la normativa y principios de producción sostenible, que la fuente de las materias primas es legal y reconocible, y que está integrada en el desarrollo local y es respetuosa con el derecho de los trabajadores», tal y como explican desde el propio Instituto.

Además, este certificado de sostenibilidad también pone en valor el desarrollo de políticas de reducción del impacto ambiental y que toda la actividad de la empresa en cuestión «está basada en principios de sostenibilidad en el plano económico, social y medioambiental».

Hinojosa Xàtiva, un ejemplo de excelencia

El sello IPS ya se ha erigido por méritos propios en una distinción pionera que, hoy en día, poseen 13 empresas en España. Todas ellas comparten algunos valores en común, a la altura de los retos que plantea la situación ambiental del planeta: apuesta real por la reducción de emisiones o cumplir con todos los principios de la economía circular. Valores que se plasma anualmente en nuestra memoria RSC.

Ser cada vez más sostenibles es un reto totalmente asumido por Hinojosa, y lo mejor de todo es que los resultados hasta la fecha avalan este compromiso. Una muestra de ello es que Hinojosa Packaging Xàtiva se ha convertido en una referencia a nivel nacional al obtener al ratificar la renovación de la Certificación de Sostenibilidad con categoría Excellence. En total 262 puntos, un 16% mejor que en la auditoria anterior. No es la primera vez que esta planta se convierte en un modelo a seguir: en 2015 ya fue la primera empresa de la Comunidad Valenciana en lograr este reconocimiento.

Obtener la renovación del certificado ya es un dato reseñable, pero lo verdaderamente importante es lo que hay detrás: la mejora continua en el campo de la sostenibilidad como motor de desarrollo, apostando por ir más allá en el cumplimiento de las obligaciones ambientales. Por eso, además del certificado IPS de Hinojosa Xàtiva destacan otros esfuerzos como la implantación de tecnologías punteras que ayudan a minimizar los efluentes y el tratamientos de aguas para poder reincorporarlas a los procesos productivos.

Todo ello con el objetivo claro de seguir superando con nota las certificaciones ambientales correspondientes, pero sobre todo para contribuir de forma activa (no solamente sobre el papel) en la mejora del medio ambiente.

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