Las normativas ISO son de aplicación voluntaria, pero muchas de ellas se han convertido en imprescindibles para el devenir de multitud de compañías.
Los certificados de calidad tienen un espacio cada vez más visible en la información corporativa de cualquier compañía. Estas certificaciones no son nada nuevo, pero lo cierto es que en una economía tan globalizada han adquirido una relevancia especial. Y es que no solo acreditan que las organizaciones cumplen con la normativa vigente, también sirven como diferenciación ante clientes y proveedores. Las normativas ISO son las más relevantes; su adhesión es voluntaria, pero se han terminado convirtiendo en una poderosa herramienta de posicionamiento en el mercado. De hecho, convertirse en partners de grandes empresas o multinacionales requiere en la mayoría de los casos estar en posesión de este tipo de certificados.
Lucir en la información corporativa la insignia que certifica la obtención de diferentes certificados de calidad suponen un duro trabajo por parte de quien los consigue. Requiere la implicación de amplias capas organizativas de las empresas y, en la mayoría de las ocasiones, es necesario ajustarlas a las normas de calidad en cuestión.
Responsabilidad ambiental
La certificación ISO 14001, uno de los sellos que tienen las plantas de CIPASI, Rambleños y Onduemabalaje, ha adquirido un papel protagonista en los últimos años al tratarse de la norma que garantiza que una empresa apuesta por la sostenibilidad, uno de los principales caballos de batalla del tejido empresarial. No solo las multinacionales o las Administraciones Públicas exigen empresas más responsables desde el plano medioambiental, también lo hacen los consumidores.
Para CIPASI, Onduembalaje o Rambleños, contar con un sistema de gestión ambiental según lo que marca la ISO 14001 representó en su momento un paso más en su apuesta por convertirse en partners y socios únicos de sus clientes. Por supuesto, también fue un paso en el cambio de mentalidad que afrontan las empresas de todo el mundo en lo que respecta al “producir-usar-tirar”.
Las ventajas de la ISO 14001 tienen una doble vertiente:
- Por un lado, las ya mencionadas medioambientales. Supone una optimización de los recursos y los residuos generados, reduciendo el impacto negativo de la actividad en el medio ambiente o de «aquellos riesgos asociados a situaciones accidentales», tal y como confirma AENOR.
- Las ventajas económicas también son evidentes. Representa una oportunidad para la reducción de gastos, potencian la innovación dentro de las organizaciones y supone un aumento de la productividad.
Muchas normas y muy valoradas
La ISO 9001, una de las certificaciones que poseen todas las plantas del grupo Hinojosa, es, tal y como lo define el organismo regulador, «el modelo más utilizado en las relaciones cliente/proveedor nacionales e internacionales». Tiene una importancia especial en las PYMES, pero también en las grandes compañías. La razón es sencilla: todos buscan cumplir -evidentemente- con las necesidades de sus clientes. Implantar un Sistema de Gestión de la calidad es otro factor más del que depende la supervivencia de cualquier empresa. Supone poner la base para «avanzar hacia un modelo de excelencia», mejorar la productividad o reforzar otras áreas de gestión estratégica (medio ambiente o seguridad)
Pero estas dos no son las únicas normas reconocidas. El sistema de gestión de la cadena de suministro (FSC) también implica fuertes avances en la gestión medioambiental de las empresas que lo poseen. Mejoran sus procesos de fabricación y pueden mostrar fehacientemente que mantiene la cadena de custodia de un material que es sostenible y respetuoso con la naturaleza. Todos ellos conforman, sin duda, un valor diferencial en las empresas que se comprometen con lo que implica tenerlos.