No hay dudas: una parte mayoritaria de las compras que se realizan hoy en día son a través de Internet. El proceso es cada vez menos presencial, y por eso es necesario transmitir una serie de valores a través de medios alternativos como, por ejemplo, el tipo de packaging.
Las cifras no dejan lugar a dudas: la tasa de penetración de ecommerce en España ya supera la barrera del 50%, según datos de BBVA Research. En 2018, un total de 18,5 millones de personas compraron algo a través de las pantallas de sus dispositivos, sumando un volumen de ventas que superó los 35 millones de euros. La eclosión de las ventas online no solo ha cambiado los hábitos de consumo, también la relación que las marcas y los vendedores mantienen con el consumidor final.
Cuando el proceso de compra ya no se vive de manera presencial, el valor de cada producto y cada marca se tiene que transmitir de otra manera: a través de las experiencias, principal fuente de fidelización de un cliente. Para conseguirlo, el embalaje de un envío es clave. Ya no vale una simple ‘caja’ de cartón. Ahora el packaging es el encargado de transmitir los valores de una marca, y además destacar sobre el resto de la oferta.
Los embalajes deben garantizar que un pedido llegue en perfectas condiciones a su destinatario, pero también tienen que cumplir con las expectativas de quien lo vende. Para conjuntar todas esas necesidades, es imperativo diseñar un packaging a medida de cada producto y cada tienda, y recurrir a técnicas de impresión punteras, exterior e interior, que potencien la marca y despierten sensaciones en el que recibe un paquete.
Un buen packaging de ecommerce no puede olvidar…
- La sostenibilidad: las tendencias de consumo actual apuestan por materiales fácilmente reciclables. Amazon, gigante del comercio electrónico por excelencia, ya ha comunicado que, en el horizonte del 2030, realizará la mitad de sus envíos sin emisiones de carbono y apostando por packaging reciclable. Hay muchas maneras de conseguir que los envases tengan un impacto inferior en el medio ambiente. Por ejemplo, con cajas de doble uso para envío y devolución.
- La personalización: un buen embalaje se comunica con el consumidor. Se calcula que hasta un 58% de los compradores no volvería a repetir una compra tras vivir una mala experiencia con el envase de su pedido. La estética es un valor que crece en importancia de la mano del comercio electrónico. De ahí que sea imprescindible contar con un diseño personalizado al máximo, realizando en primer lugar los bocetos que sean necesario en función del producto. Tener respuestas a las nuevas tendencias vanguardistas es un must de cualquier ecommerce.
- La seguridad: Se da por hecho que un buen embalaje se tiene que responsabilizar de hacer llegar intacto un envío. Las cajas con film retienen el producto y generan una cámara de aire que proporciona una gran protección contra los golpes. Pero se puede hacer mucho más, sobre todo con los envíos de alto valor. Joyería, telefonía móvil o tecnología en general le han perdido el miedo al comercio electrónico, y esto obliga a crear productos a la altura de las expectativas. ¿Como buscar un extra de seguridad? Con cajas inviolables de fondo automático y antirrobo, un producto especialmente ventajoso a la hora de diferenciarse ante al consumidor final.