En España se consumieron más de 6,9 millones de toneladas de papel y cartón a lo largo de 2021, según los datos que ofrece ASPAPEL. Abordamos con algo más de profundidad cómo se fábrica este material, considerado esencial para multitud de sectores.
El hecho de que sea circular por naturaleza, el auge del comercio electrónico o las exigencias de los propios consumidores por embalajes mucho más sostenibles son solo algunas de las razones por las que el papel mantiene su pulso a las turbulencias de los años más recientes y, por otro lado, cada día refuerce más su posición como alternativa verde a otros materiales.
¿Pero por qué se destaca siempre esta buena sintonía del papel con los conceptos de sostenibilidad y economía circular? Muy sencillo: de una caja de cartón siempre nacerá otra. Es el resultado de un engranaje perfecto que tiene dos puntos culminantes: el contenedor azul y las plantas papeleras, en las que se da una nueva vida a esos residuos para que no falten, entre otras cosas, productos de primera necesidad en los supermercados. También se crean envases innovadores, adaptados a las necesidades específicas de los sectores agrícola, e-commerce o industrial.
¿Quieres conocer de primera mano cómo se fabrica el papel y todas estas soluciones? Acompáñanos en el proceso.
¿De qué árbol se hace el papel?
En España existen 69 fábricas de papel donde producimos esos millones de toneladas que se consumen. Ese papel puede llegar del reciclaje, en España hemos alcanzado ya una tasa del 78,3%, o de la madera.
Sobre esta última cuestión, muchas personas piensan que la fabricación del papel implica deforestar los bosques, pero nada más lejos. Lo explicamos a fondo en este artículo. El papel se produce en España con pinos y eucaliptos cultivados en bosques sostenibles que se riegan y replantan frecuentemente.
Como decimos, la otra vía es el reciclaje: el papel y el cartón se trasladan hasta las plantas papeleras como las de Hinojosa una vez recogido de los correspondientes contenedores azules, de los circuitos de recuperación en comercios e industrias, o incluso de las mermas que se generan en nuestras propias plantas. Una vez en la papelera, se depositan y organizan por calidades en las denominadas “campas de materia prima”.
Selección de la materia prima
Como no existe un único proceso de fabricación del papel, hay que realizar una cuidadosa selección de las ‘balas’ de papel y cartón en función de las diferentes calidades. El proceso continúa colocando la materia prima en unas cintas de alimentación, que a su vez lleva las ‘balas’ hasta el área donde se crea la pasta de papel.
El tercer paso, efectivamente, es fabricar esta pasta. Para ello mezclamos con agua el papel y el cartón en un recipiente llamado Pulper. En su interior es donde se consigue la dilución exacta y la consistencia que buscamos. Tras superar varios procesos de depuración para retirar impurezas, la pasta viajará a continuación a la máquina de papel.
Fabricación del papel en la máquina
El siguiente dato merece la pena subrayarlo: la pasta se acabará convirtiendo en una gran hoja de 25 kilómetros de largo, tras atravesar diferentes secciones de la máquina de papel:
- Caja de entrada: recoge la pasta de papel procedente del Pulper.
- Mesas de formación: son unas telas en continuo movimiento, donde se deposita la pasta para su viaje a través de la máquina.
- Prensas: extraen el agua y compactan la hoja de papel.
- Secado: la hoja pasa entre cilindros calientes, para seguir extrayendo el agua. También recibe un tratamiento de almidón cocido y cola, en función de la calidad requerida.
El punto final del proceso de fabricación del papel consiste en la formación de bobinas que alcanzan las 15 toneladas de peso. Llegados a este punto, certificamos la calidad del producto obtenido con una serie de pruebas para comprobar el gramaje, la resistencia, la porosidad, la permeabilidad o su capacidad de absorción. De las conclusiones que extraemos en este punto podemos predecir el comportamiento que tendrá como parte de una caja de cartón.
Bobinadora, almacenamiento y etiquetado
La producción de un nuevo producto de papel a partir de la recogida de residuos está cada vez más cerca. Tras el control de calidad, el rollo de 15 toneladas se traslada hasta la bobinadora, que prepara las bobinas en la medida y el peso que exigen las necesidades de nuestros clientes. Otro dato increíble: la bobinadora alcanza una velocidad de hasta 132 Km/h.
Una vez los rollos salen de la bobinadora, se etiquetan y se depositan en un almacén, previa clasificación según los clientes y las calidades. Ahí quedan almacenados (en una superficie que, por ejemplo, en la papelera de Sarrià de Ter es de las mismas dimensiones que medio campo de fútbol) hasta que se expiden.
¡Muy importante! El 100% de las bobinas que producimos cuentan con certificación FSC, que asegura el cumplimiento riguroso de los estándares de sostenibilidad de la materia prima.
¿Y qué se hace con el agua empleada durante el proceso?
Uno de los grandes objetivos de cualquier empresa tiene que ser reducir cada día más el impacto de su actividad en el medio ambiente. En Hinojosa nos lo tomamos muy en serio y, en consonancia a nuestras líneas de RSC, la totalidad del agua que vuelve al medio natural (hay un % que se evapora en el proceso) regresa completamente limpia y, en algunos casos, con una calidad de vertido igual o mejor que la propia agua del río (algo verificable ya que existen parámetros muy restrictivos en esta materia).
El producto final
El papel fabricado en nuestras papeleras tiene un uso final evidente: se convierte en los envases y embalajes con los que ayudamos a los clientes en sus estrategias de packaging. Aquí se puede ver el porfolio de soluciones y las múltiples variables que se pueden fabricar con papel. Una vez que han cumplido con su finalidad, volverán al contenedor azul y todos los pasos explicados sobre cómo se fabrica el papel se pondrán de nuevo en marcha.