¿De dónde vienen estas naranjas?, ¿con qué material está hecho este envase?, ¿en qué contenedor se recicla este envoltorio? Estas son preguntas cada vez más frecuentes entre los consumidores, que no solo se preocupan por lo que compran, sino también por su impacto en el planeta. La creciente conciencia ambiental y la necesidad de preservar nuestros recursos están llevando a las empresas a reforzar su compromiso con la sostenibilidad.
Garantizar el origen y la trazabilidad de los materiales con los que se fabrican los productos es clave para reducir nuestra huella ambiental. Y en este proceso, certificaciones como FSC y PEFC juegan un papel fundamental, siguiendo la pista a las materias primas y asegurando que provienen de fuentes responsables.
Las acreditaciones FSC y PEFC son las más reconocidas a nivel global para garantizar que los materiales vienen de bosques gestionados de forma sostenible. Ambas promueven la protección de la biodiversidad, el respeto por los derechos de los trabajadores y las comunidades indígenas, así como el mantenimiento de los ecosistemas.
Sin embargo, existen diferencias clave entre ellas. Por un lado, FSC (Forest Stewardship Council) es una certificación internacional, que se basa en criterios estrictos de sostenibilidad y trazabilidad, asegurándose de que los materiales vienen de fuentes gestionadas de forma ética y responsables con el medio ambiente.
FSC clasifica sus productos certificados en tres tipos: FSC 100% (provenientes exclusivamente de bosques gestionados responsablemente y certificados), FSC Recycled (hechos solo con materiales reciclados), y FSC Mix (que combinan materiales FSC certificados, reciclados y madera controlada evaluada para evitar fuentes conflictivas). Esta clasificación permite una mayor transparencia sobre el origen de las materias primas.
Por otro lado, PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification) opera con estándares nacionales de certificación forestal que se adaptan a cada país. Este enfoque permite atender las particularidades de cada mercado y proporcionar a las empresas directrices claras sobre las prácticas sostenibles que deben implementar. PEFC se centra especialmente en promover la gestión forestal sostenible a nivel local, asegurando que los bosques cumplen con los estándares ambientales y sociales requeridos.
A la hora de elegir una certificación, la decisión dependerá de los objetivos y necesidades de cada empresa. Tanto FSC como PEFC cuentan con estándares reconocidos globalmente, por lo que la mejor opción variará según la estrategia de sostenibilidad y el momento en el que se encuentre cada organización. En Hinojosa trabajamos con ambos sellos, lo que nos permite certificar el desempeño de nuestras plantas. De manera general utilizamos la certificación FSC para garantizar el cumplimiento de los más altos estándares en nuestras plantas de packaging y de papel, tanto en España como en los demás mercados. Además, algunos de nuestros centros, como Hinojosa Packaging Galería Gráfica, especializado en packaging premium, y Hinojosa Packaging Foodservice, también cuentan con el sello PEFC que se adapta mejor a las particularidades de su actividad.
Otros sellos y certificaciones clave
Si prestamos más atención a los envases y embalajes de los productos que compramos o recibimos en casa, es probable que encontremos distintos sellos de certificación, muchos de los cuales pueden resultarnos desconocidos. Además de FSC y PEFC, existen otras certificaciones relevantes en el ámbito del packaging sostenible, como Blue Angel y EU Ecolabel.
Blue Angel garantiza que los productos han sido fabricados con un bajo impacto ambiental, poniendo especial énfasis en la reducción de emisiones y el uso de materiales reciclados. Por su parte, EU Ecolabel certifica aquellos productos que generan un impacto ambiental reducido a lo largo de todo su ciclo de vida, incluyendo envases reciclables y fabricados con menos sustancias químicas nocivas.
Las etiquetas ecológicas no solo representan un compromiso ambiental, sino que también influyen en las decisiones de compra de los consumidores. En un contexto donde la sostenibilidad y el reciclaje son factores clave, estos sellos refuerzan la percepción de marca y transmiten transparencia y responsabilidad. Un envase con certificaciones reconocidas aporta confianza y demuestra el compromiso de la empresa con una gestión responsable de los recursos.
Las certificaciones en packaging sostenible reflejan la apuesta de las compañías por la biodiversidad, la protección de los bosques y los derechos de las comunidades locales. FSC y PEFC se han consolidado como referentes a nivel global, y en un mundo donde la sostenibilidad es cada vez más valorada, optar por envases certificados no solo es una decisión ética, sino también una estrategia inteligente para conectar con los consumidores y fortalecer la reputación de marca.