En los últimos tiempos, todos nuestros hábitos han experimentado una transformación acelerada; y el modo en el que llenamos nuestra despensa también lo ha hecho. En la actualidad, para muchos consumidores la compra se hace desde casa, en un clic. El proceso es más planificado, más inmediato y con expectativas cada vez más altas de seguridad y calidad.
Este cambio de hábitos, acelerado por la digitalización y la pandemia, ha transformado completamente la relación entre consumidores, distribuidores y marcas. La comodidad de recibir los productos en casa ya no es una ventaja, sino una realidad para muchas familias, y en este nuevo escenario, el packaging se ha convertido en una pieza clave para que toda la cadena funcione.
De los pasillos al clic: una evolución acelerada
Durante años, el packaging alimentario se diseñaba para atraer la mirada de los consumidores en el propio punto de venta. Su misión era destacar en las estanterías, proteger su contenido, y facilitar el almacenamiento. Ahora, estos estándares se han elevado y las marcas deben esforzarse en que sus productos además sean resistentes ante la logística de transporte y se trasladen en embalajes que permitan optimizar el espacio en los vehículos de reparto, facilitar la entrega y la experiencia en casa. Todo ello sin olvidar, por supuesto, los criterios de sostenibilidad e impacto en el medio ambiente que los consumidores valoran cada vez más.
En este contexto, el packaging se ha convertido en un aliado estratégico. Ayuda a reducir costes logísticos, minimiza incidencias y puede mejorar la percepción de marca en el momento en que el consumidor recibe su pedido.
Soluciones que responden a nuevas necesidades
Esta nueva realidad impulsa a muchas compañías a repensar sus soluciones de packaging y la innovación en el embalaje ya está dando respuesta a estos nuevos retos. Compañías como Dia, en colaboración con Hinojosa, ya han implementado soluciones más eficientes, adaptando formatos, materiales y procesos para mejorar la logística y la experiencia del cliente. Este embalaje sostenible se especializa en pedidos online de productos refrigerados. Fabricado con cartón 100% reciclado y reciclable, elimina el uso de plásticos y mantiene la temperatura gracias a estar alojado en un contenedor isotérmico.
Además, esta innovación permite una mejor conservación de los alimentos durante el transporte y almacenamiento, asegurando que lleguen en óptimas condiciones a los hogares y contribuyendo así a reducir el desperdicio alimentario, un reto cada vez más relevante en toda la cadena de valor. Además de mejorar la conservación de los alimentos, facilita la preparación de pedidos y supone un avance en sostenibilidad.
Este tipo de colaboraciones demuestran cómo el packaging deja de ser un simple contenedor para convertirse en un componente esencial de la experiencia de compra. La alimentación a domicilio no es una moda pasajera. Todo apunta a que seguirá en crecimiento en los próximos años. Y en este nuevo modelo de consumo, el packaging será más que nunca un aliado clave: para las marcas, para la distribución, y sobre todo para un consumidor que quiere soluciones prácticas, responsables y bien pensadas.
