Se busca el envase del futuro, aunque cada día parece estar más claro cómo será y lo que se puede esperar de él.
Uno de los grandes retos del sector del embalaje es ir desarrollando y mostrando de forma sostenida lo que ha pasado a denominarse el embalaje del futuro. Que la sostenibilidad será uno de los pilares fundamentales es un concepto más que explicado, pero hay elementos mucho más allá. Históricamente, el packaging tenía un papel secundario. Servía para recibir un producto y poco más. Pero ahora se ha convertido en una poderosa herramienta de marketing y de diferenciación.
Son un elemento más de venta, un factor decisivo a la hora de convencer a un cliente de que compre un producto. Pero, además en algunos sectores estratégicos como la alimentación estos frentes se juntan con otros más complejos, como alargar la vida de los productos u ofrecer información en tiempo real a los consumidores. Los citados hasta el momento son algunas poderosas razones por las que términos como smart packaging centrarán muchas miradas.
El Smart Packaging, una tendencia creciente
El informe «Smart Packaging: Opportunities and Challenges», que se puede consultar de forma íntegra aquí, asegura que las previsiones apuntan a que el mercado global de envases alcanzará la nada desdeñable cota de 26.700 millones de dólares en 2024. Un sector que debe aprovechar la ola de digitalización que se vive ya en 2019, y que ofrecerá al consumidor envases «del futuro» capaces no solo de mostrar la frescura de un producto, sino también información acerca de su vida útil o la calidad de este.
El smart packaging será una tendencia imparable porque ofrece al segmento de la distribución la opción de dotar a sus productos de una vida propia. Hay que tener en cuenta que el consumidor ha cambiado radicalmente sus gustos, y ahora se centra en elementos que hacen su vida algo más sencilla. Se busca una interacción de verdad con tecnologías punteras más avanzadas como la realidad virtual y/o aumentada.
Actualmente ya hay casos de éxito: existen envases capaces de mutar su color para avisar a las personas de que es el momento de consumirlo.
Más beneficios del Smart Packaging
Los desafíos son mayúsculos, pero también un bonito reto que deben asumir las empresas del sector. Para los analistas de Deiloitte Insights, el smart packaging será sin duda el embalaje más habitual que encontraremos en no mucho tiempo. Estas mismas fuentes corroboran que los beneficios no son únicamente para el consumidor, también para la parte productiva y para la marca:
- Permite controlar en todo momento dónde se encuentra un producto.
- Es una garantía excepcional de que el producto conserva siempre la máxima calidad.
- Gracias a la inserción de tecnología se puede optimizar la cadena de suministro.
- Aporta mayor seguridad, ya que el smart packaging se puede ocupar de evitar que se produzcan usos inadecuados.
Todo ello sin olvidar que este tipo de tendencias son una oportunidad de oro para el branding, ya que las marcas consiguen que los usuarios asocien con ellas algunos atributos como la innovación o la tecnología.