“Nos hemos olvidado de ser buenos huéspedes, de cómo caminar por la tierra como hacen sus otras criaturas”. Barbara Ward, fundadora del Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo, ya hablaba hace tiempo de nuestra verdadera misión: aprender a ser buenos huéspedes en la tierra.
Pues bien, nuestra historia, sociedad y economía han cambiado con la tierra, con nuestra forma de explotar los recursos que brotan de ella. Poco a poco tomamos el camino de vuelta, volvemos al campo, a lo agrícola y a lo natural con lo que comemos y consumimos, los lugares en los que descansamos y que nos ayudan a recuperar fuerzas.
Los valores de lo slow, de la mano que cultiva y cuida adquieren hoy en día más valor que nunca. Es por eso que los productos naturales se han colado entre nuestras prioridades como consumidores y el sector del packaging se adapta a esta nueva realidad apostando por materiales sostenibles. El envase que lo transporta del agricultor al cliente es el agente que mantiene su frescura y calidad. Trasladar la esencia natural de los productos en toda la cadena, además de ser comunicador y protector, es la misión de un envase que encierra lo que más (y mejor) nos conecta con la tierra.
De la tierra al carro de la compra: un compromiso
Un ejemplo perfecto de esta importancia del envase es el que interviene en el sector vinícola. Esta industria trabaja muy cerca del suelo, su respeto hacia la naturaleza es enorme y más su dependencia de ella. Desde la vendimia, pasando por procesos químicos, hasta el empaquetado, hacer que esta cadena sea lo más natural posible es todo un desafío.
El compromiso con el medio ambiente es palpable en el quehacer de bodegas y agricultores, labores que tanto tienen que ver con la artesanía, lo natural y nuestra historia cultural. Ya que compartir un vino representa tantas veces una celebración, que su envase, y el de cualquier producto fresco, brinde con nosotros por el impacto positivo. Una solución de packaging como Bag in Box es ideal para las necesidades de este sector: es biodegradable, reduce costes y sus características técnicas hacen que mantenga mejor la calidad del producto.
Por otro lado, las empresas del sector agrícola también tienen claro que la frescura no se negocia ni se rebaja, que es un factor determinante de su actividad, al igual que la calidad y la sostenibilidad. Hacer un buen uso del suelo, aprender a prepararlo, cuidarlo y tratarlo es indispensable y puede llegar a determinar, no solo la producción, sino también la calidad de las hortalizas.
La apuesta por un packaging sostenible es la clave para que los esfuerzos en innovación y mejores prácticas del sector no se hagan en vano. Para que el producto que ha brotado de la tierra llegue al carrito de la compra en perfecto estado, sin perder su frescura y calidad. Por ello, materiales como el cartón ondulado son una apuesta firme y coherente, ya que es renovable, permite una gran personalización y seguridad alimentaria.
Acompañar y asesorar a las empresas en su apuesta por lo natural
En Hinojosa nos gusta trabajar muy cerca de nuestros clientes, escuchar sus necesidades y adaptarnos a sus propuestas. Fuimos pioneros en los años 80 en la introducción del cartón en el sector agrícola y no hemos parado de trabajar desde entonces para crear las soluciones más sostenibles e innovadoras.
Un envase que va más allá de la sostenibilidad, que es todo lo natural que puede ser, es la mejor forma de proteger un producto fresco. En otras palabras: lo que es de la tierra que vuelva a ella. En el catálogo de Hinojosa encontraremos envases perfectos para productos frescos, como nuestras barquetas de cartón termosellables. Personalizables en todos sus formatos, se ajustan a cualquier línea de sellado, y alargan la vida de las frutas y verduras.
Además de trabajar por conseguir ventajas logísticas, técnicas y económicas, nuestra prioridad es la sostenibilidad. Los envases agrícolas que proponemos a nuestros clientes tienen características de ahorro energético, optimización de la vida útil de frutas y verduras, máxima visibilidad del producto y reducción del plástico en un 95%. Un envase de estas características cumple con un compromiso que, junto con nuestros clientes, tenemos con la naturaleza. Haciendo que, como decía Barbara Ward, aprendamos a ser mejores huéspedes en la tierra, también con lo que consumimos.