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No siempre menos es más. El poder de los envases para evitar el desperdicio alimentario

Imagen de Hinojosa Packaging Group
Por Hinojosa Editor
16 de octubre de 2025

En un contexto donde la sostenibilidad ha pasado de ser una tendencia a una necesidad, reducir el uso de envases puede parecer una de las formas más evidentes de avanzar hacia un modelo de consumo responsable. Sin embargo, cuando hablamos de la industria alimentaria y el gran consumo, no siempre menos es más. Un envase no es solo un envoltorio, es también una herramienta clave para proteger, conservar y asegurar que los productos lleguen en condiciones óptimas a manos del consumidor.

El desperdicio alimentario, un reto global

Según la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations), un tercio de los alimentos que se producen a nivel mundial se acaban desechando. Son más de 1.300 millones de toneladas anuales que se tiran, se desperdician. Esta cifra, además de impactar de forma económica, también tiene un impacto ambiental y social alarmante, porque detrás de cada alimento que se desperdicia hay recursos naturales, energía y trabajo invertidos que también se pierden.  

Las causas del desperdicio son muchas, y varían dependiendo del contexto. En los países con menos infraestructura un porcentaje muy alto del desperdicio se produce en las primeras fases de la cadena productiva, en el embalaje, en la logística e incluso cuando aún no han salido los productos de la tierra. En los países desarrollados, en cambio, el desperdicio suele darse en la etapa del consumo, es decir, en tiendas, restaurantes y hogares. Pero en todos los casos hay un elemento común, que puede llegar a marcar la diferencia: el packaging.

El packaging como aliado contra el desperdicio 

Un envase no es solo una capa protectora. Es una pieza clave que permite garantizar la seguridad alimentaria durante toda su cadena productiva. Su función va mucho más allá de llevar los productos a las manos del consumidor. El packaging contribuye a mantener sus propiedades, a evitar la contaminación, regular la transpiración y sobre todo alargar su vida útil.

Muchas veces eliminar o reducir el packaging sin un análisis previo puede tener las consecuencias contrarias a las que buscamos y que el desperdicio se convierta en parte de ese cambio. Por eso, la sostenibilidad debe ser entendida como una oportunidad para repensar y rediseñar un packaging que no solo se adapte a las necesidades actuales, sino que sea una parte del cambio y nos ayude a cumplir con el reto común de reducir el desperdicio alimentario.

Una visión integral de la sostenibilidad para promover el cambio 

En Hinojosa trabajamos desde hace muchos años con una visión integral de la sostenibilidad. Sabemos que reducir el uso de materiales es un punto clave, pero que también lo es garantizar que el envase cumpla con su función de proteger el producto de forma eficaz. Por eso las soluciones que diseñamos equilibran ambas necesidades: estructuras ligeras pero resistentes, materiales reciclables y de origen renovable, tecnología que nos ayuda a extender al máximo la vida útil de los productos que portan y mejorar su trazabilidad. 

Cada envase que desarrollamos responde a un análisis detallado de las características de cada alimento, desde sus condiciones de transporte hasta sus necesidades de conservación. Nuestro objetivo no es solo proteger el producto, sino contribuir a que se consuma y que no se desperdicie.  

La familia 360 Green Packaging, agrupa distintas soluciones de envases fabricados principalmente de cartón que están adaptadas a diferentes tipos de alimentos y procesos. Todas ellas tienen en común un diseño optimizado para la conservación de los productos utilizando, entre otras soluciones, sistemas MAP o ventilación personalizada. Un claro ejemplo de esto es Halopack, una bandeja termosellable fabricada con cartón reciclado que reduce el uso de plástico en un 80%. Además cuenta con un sistema MAP (Modified Atmosphere Packaging) de atmósfera modificada que prolonga considerablemente la vida útil de los alimentos frescos.  

La sostenibilidad no significa renunciar. Significa repensar. Entender que un envase no es un residuo inevitable, sino una parte esencial de una cadena alimentaria más eficiente y responsable. Y que, si se diseña bien, no solo protege el producto, también protege el planeta y ayuda a disminuir el desperdicio alimentario.  

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