Piensa antes de comprar… y piensa en local
El primer paso antes de lanzarnos a la calle con una lista larguísima de material escolar es identificar qué tenemos en casa, qué podemos seguir usando y qué tenemos que comprar. De esta manera nos aseguramos que no duplicamos artículos que ya tenemos, o podemos dar una segunda vida. Reflexionar nos permitirá tomar mejores decisiones para nuestro bolsillo… y también para el planeta.
La sostenibilidad no es solo adquirir productos respetuosos con el medio ambiente, es también adquirir pequeños hábitos con un impacto positivo implícito. Por eso, podemos optar por dirigirnos a la papelería más cercana, la de toda la vida y contribuir así a la economía local.
De esta manera, podemos hacer que nuestra operación septiembre se convierta en toda una rueda de impacto positivo.
Saca punta a tu ingenio
Después de identificar qué tenemos y qué no, es el momento de abrir los estuches, limpiar a fondo las mochilas y despejar las carpetas. Esta actividad, perfecta para hacer en familia, consiste en cuidar y dar una segunda vida a aquello que ya tenemos. Sacar punta a los lápices de colores, poner en orden las ceras Manley que se quedaron un poco rotas, revisar que los subrayadores sigan pintando… Por no hablar de los libros de texto, que con suerte pueden encontrarse de segunda mano o heredados de algún compañero aventajado. O los cuadernos de papel, no hace falta que estén nuevos, podemos terminar de gastar los que el año pasado dejamos a la mitad. Esto no es solamente un buen ejercicio de ahorro, sino que además invita a los niños a ser más conscientes, creativos e implicados en el cuidado de sus pertenencias.
Apuesta por productos sostenibles y materiales reutilizables
Después de identificar nuestras necesidades y dirigirnos a nuestra papelería de confianza, el reto está en apostar por materiales que sean reutilizables y respetuosos con el medio ambiente. Para ello, proponemos dejar el plástico fuera de nuestra lista (con más motivo si se trata de plástico no reciclado) y apostar por materiales como el cartón, el papel o la madera.
Para los niños devoradores de lápices, una buena idea es adquirir lapiceros de madera natural, sin tóxicos y biodegradables. En materia de cuadernos, podemos optar por aquellos sin tapas de plástico. Hay una infinidad de opciones más respetuosas, empezando por aquellos de papel ecológico o reciclado con certificado FSC o PEFC, que nos aseguran que la pulpa de celulosa utilizada proviene de bosques gestionados de manera sostenible. Para no renunciar a nuestros subrayadores favoritos podemos emplear el sistema de cartuchos de tinta reciclable que ofrecen algunas marcas, de manera que no tengamos que estar tirando y comprando constantemente.
Como no solo es importante lo que llevamos, sino también dónde lo llevamos, una mochila hecha con materiales reciclados completará a la perfección nuestra lista de items conscientes. Existen numerosas opciones, desde algunas hechas con plásticos reciclados hasta las fabricadas con corcho. Por último, unas carpetas de cartón reciclado son el perfecto sustituto de las plásticas.
Damos la bienvenida a un septiembre más sostenible.