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Origami: el poder del papel para ayudarnos a desconectar

el poder del origami para ayudarnos a desconectar
Por Hinojosa Editor
28 de octubre de 2024

Más que un arte milenario, el origami es una herramienta de calma y autoconocimiento que nos invita a encontrar serenidad en cada pliegue. La papiroflexia ayuda a estimular la concentración y la creatividad, dedicando tiempo a cultivar nuestro bienestar.

Una hoja de papel en blanco puede parecer algo simple y vacío, pero en Hinojosa Packaging Group sabemos bien que puede transformarse en algo muy valioso, incluso en arte. Por el camino, además puede ayudarnos a buscar el equilibrio y la serenidad.  

Quienes practican el milenario arte del origami pueden dar testimonio de ello. O, como dice Samuel Tsang, experto mundial en esta disciplina, «si el yoga es el origami para el cuerpo, el origami es yoga para la mente». En un momento en el que la vida tiene un ritmo frenético, dedicar tiempo a este tipo de disciplinas que requieren calma, paciencia y atención es una manera de cuidarnos. 

El origami hunde sus raíces en la cultura japonesa. Su nombre proviene de la unión de las raíces oru (折る, doblar o plegar) y kami (, papel) y, aunque sus orígenes se remontan a la invención del papel en China en el siglo I d.C., fue en el país nipón donde se integró plenamente en la cultura pocos siglos después. Desde entonces, ha sido transmitido generación a generación como un símbolo de paz, creatividad y contemplación. No es ya algo exclusivo de ceremonias religiosas, sino un emblema cotidiano de la paciencia y la dedicación plenamente integrado en la cultura japonesa. Por ejemplo, la grulla, una de las figuras más emblemáticas del origami, es casi un símbolo nacional relacionado con la longevidad y la buena suerte: según la creencia popular, los dioses conceden un deseo a quien haga mil grullas de origami.   

Más allá de su belleza o sus implicaciones culturales, el origami –o, en castellano, papiroflexia– también tiene enormes beneficios terapéuticos. Un estudio liderado por la psicóloga Cristina Belló, experta en Psicogeriatría, confirmó que las personas mayores que lo practican mejoran su atención, memoria y psicomotricidad, claves para frenar el deterioro cognitivo que se acelera cuando aumenta la edad. 

Sin embargo, sus beneficios pueden disfrutarse a cualquier edad: ayuda a mejorar la concentración, reduce el estrés y fomenta la calma. Los movimientos repetitivos y precisos que se necesitan para crear una figura de papel activan los mecanismos cerebrales necesarios para combatir el estrés y la ansiedad: al centrarnos en el plegado, el cerebro pone el foco en ello y no en pensamientos negativos. Además, al seguir unas instrucciones paso a paso, se potencia el pensamiento lógico y la resolución de problemas, y se mejora la coordinación mano-ojo y la destreza manual. De hecho, entre los docentes, es una práctica extendida en los niveles de educación básica como herramienta para enseñar geometría y aumentar la motricidad fina en los más pequeños.  

En estos tiempos de velocidad y exceso de estímulos, el origami también puede ser una vía de escape para conectar con nosotros mismos y con el presente. Al igual que otras terapias de meditación y mindfulness, es una herramienta para incrementar la relajación, la creatividad y el bienestar:  la sensación de logro al crear una figura mejora la autoestima y nos invita, por un momento, a contemplar la belleza que podemos crear con nuestras propias manos.  

Desde Hinojosa Packaging Group, como expertos en la elaboración de soluciones de envasado sostenible, también apostamos por el papel como base para crear productos conscientes y respetuosos con el entorno. Por ese motivo, te recomendamos que, si te apetece escapar del ajetreo de la vida moderna, solo necesitas un papel para empezar a practicar una tradición que cuenta con milenios de efectividad: moldear una hoja en blanco también puede ayudarte a dar forma a tu bienestar.  

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