Los esfuerzos por revertir las consecuencias del calentamiento global deben ser cada vez más intensivas. E involucrar a toda la población.
De cara a los próximos años, hay muchos retos en material de sostenibilidad y envases que España (al igual que sus socios europeos) deben cumplir para asegurarse de que revertir las duras consecuencias del cambio climático. Algunas de estas medidas son: antes de 2021 se debe trasponer la directiva de envases, para 2025 ya se debería llevar a cabo una recogida selectiva de, al menos, un 77% de las botellas de plástico de un solo uso que circulan en el mercado y, por último, entre las directrices más populares se encuentra también la necesidad de que todos los envases de bebidas cuenten con un 30% de material reciclado antes de 2030.
Las medidas anteriores tienen detrás objetivos muy variados, pero uno de ellos, según apuntan diversas entidades ecologistas y sociales, es «evitar hasta un 40% de la basura que llega hasta nuestros mares». ¿Cómo se puede conseguir alcanzar estas cifras antes de que lleguen los citados deadlines? Para todas las organizaciones que engloban la Alianza Residuo Cero está muy claro: el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), más coloquialmente conocido como Sistema de Retorno de Envases, se ha erigido como «la manera más eficaz y eficiente de recuperar los millones de envases que cada día ponen en el mercado». Y por ello piden acciones políticas claras en España que faciliten su puesta en marcha.
¿Qué es un sistema de depósito?
Tal y como explican desde «Retorna» se trata de una iniciativa de mucho éxito allí donde se ha implantado que supone dotar de «un valor económico» a cada envase que sale al mercado, que en futuro se convierte en «un incentivo para que ese envase vuelva a la cadena de producción en las mejores condiciones para su reciclado». Cuando un consumidor devuelve el envase en cuestión recupera el dinero y el desecho vuelve a la cadena de producción evitando tener que generar uno nuevo.
«Para los envases de bebidas, estos sistemas ya están funcionando en más de 40 regiones de todo el mundo con excelentes resultados», apuntan desde la Alianza Residuo Cero.
¿Qué resultados está ofreciendo el sistema de depósito? ¿Y cuáles puede ofrecer?
Aceptados por un 80% de la población de aquellos países donde se ha establecido, se han alcanzado tasas de recogida selectiva de hasta un 90% de los envases, reduciendo hasta un 30% la cifra de los que terminan en nuestros océanos. Además de generar un «reciclado de mayor calidad», un sistema de este tipo bien implementado puede ayudar a reducir hasta un 50% de las emisiones de CO2 que se generan fabricando envases de un solo uso.
Se trata, por lo tanto, de un manera de alcanzar las ambiciosas metas sostenibles a las que nos enfrentamos. Un sistema que no solo permite a la sociedad entender la importancia de la reutilización, sino que permite ver al ciudadano que sus acciones tienen resultados. En definitiva, una manera más de contribuir a la denominada Economía Circular, un término que en los próximos meses (recordamos que hasta 2030 no quedan tantos) seguirá siendo clave en la sociedad y en la industria.