Por un lado, algunas como la sostenibilidad y cómo esta colabora en la regeneración del planeta ante la crisis climática se consideran ya una parte imprescindible de la valoración que los consumidores hacen antes de cada compra, da igual el producto.
Por otra, la innovación y la necesidad de optimización y eficiencia en las empresas envasadoras es cada vez mayor. A nivel de sector, las marcas no solo cogen el guante con respecto a las preocupaciones del cliente, sino que sigue la línea hacia una creciente personalización del producto y un impacto positivo, tanto medioambiental como laboral, cada vez más evidente y cercano para su comunidad.
Estas son 7 claves en materia de tendencias en packaging de cara a este 2024
Sostenibilidad: adiós al plástico
Tanto desde las instituciones, europeas y nacionales, como los propios consumidores se dan pasos en el mismo sentido desde hace años: el impacto de nuestros residuos debe bajar. Los envases representan casi el 40% del peso total de los residuos plásticos generados en el mundo, con una producción que se ha duplicado a nivel mundial, llegando a los 350 millones de toneladas anuales. A nivel mundial, solo el 9% se recicla, mientras que el 69% se incinera o entierra.
No son solo datos. La concienciación de la enorme magnitud del problema medioambiental que la falta de un consumo consciente ha generado estos años está en la mente de un cliente que busca alternativas. Las soluciones de packaging de materiales sostenibles como el cartón, con una reciclabilidad cercana al 90% en Europa gana terreno. Especialmente en el campo de la alimentación y take- away, el packaging 100% reciclado y reciclable, mucho más verde y que mitiga el desperdicio de alimentos son tendencia. A la par, nuevas soluciones biodegradables van apareciendo en escena para sustituir y aminorar su uso en productos antes netamente fabricados con plástico. Los envases del futuro buscarán disminuir, al menos en la medida de lo posible, su porcentaje.
Compromiso social: el impacto positivo seduce
Entre las demandas de los propios consumidores está cada vez más posicionado el impacto que el producto que adquiere tiene sobre su entorno. No se trata solo del qué, sino del cómo ha llegado hasta tu casa y en qué revierte en tu comunidad. La cercanía y el impacto que las empresas de packaging tienen tanto en la confección del producto y sus materiales, también lo tiene en cuanto a cómo son tratados, por ejemplo, sus trabajadores. El compromiso con el medioambiente va, en este sentido, ligado al compromiso con las personas. La cercanía da confianza y un enfoque sostenible y regenerador del tejido laboral por parte de las empresas se premia. También la formación y captación de talento joven.
El placer de la vida lenta: el fin de la cultura de la inmediatez
A nivel de distribución, el mundo del packaging tendrá cambios para el consumidor en el medio plazo. Eso es un debate abierto en todo el mundo y con resultados ya palpables en ciudades europeas, donde la cultura de la inmediatez está desapareciendo poco a poco. Los envíos on-line tendrán en el futuro, según avanzan los expertos, un filtro de al menos 72 horas hasta su recepción. Fundamentalmente para reducir la huella climática que millones de envíos provocaban en el planeta. Las empresas tienen un compromiso social y ecológico cada vez más patente en este aspecto. El resultado es un nuevo enfoque, sustituir la rapidez por la planificación. Todo debe ir más lento para mejorar el planeta, lo común y también lo individual. Y puede ser hasta placentero.
Diseño y storytelling: humanizar el producto
Un envase no es solo un envase. El packaging no es solo packaging. Vivimos un resurgimiento de las historias en un mundo necesitado de ellas. En el caso de los envases, suponen un valor añadido para el producto y una industria dentro de la industria, la del diseño, que empieza a tener un papel central. Sabemos que cada empresa puede tener el mejor producto, pero debe saber contarlo. También cada producto debe saber contar su propia historia. Ya sea en su compromiso con el medioambiente o el cliente, en su cuidado por lo pequeño o en su gusto por lo excéntrico o elegante. El futuro está ahí, en saber contar. Sea en un packaging para vino, una bandeja de fruta o un perfume.
Smart Packaging: la digitalización hace las cosas más fáciles
La clave en un mundo digitalizado también tiene que ver con adaptarse a él. El smart packaging es el lugar de encuentro entre las tecnologías de la información, el big data, la bioingeniería, la nanotecnología, la inteligencia artificial y la geolocalización al servicio de la logística. Todo un compendio que se resuelve en hacer las cosas más sencillas y al servicio, tanto de las propias empresas, como de la experiencia del cliente. La innovación, esa tendencia atemporal, será una vez más el motor de lo que resulte del próximo año.
Personalización: el packaging que tú quieres
El diseño y el ecodiseño son bases sobre la que la variante de la personalización y adaptación al consumidor, que ha venido para quedarse. La exigencia de una atención y un producto específico para cada cliente es ya una realidad. La capacidad de ser dúctil y adaptativo a la hora de crear los productos, más teniendo en cuenta las innovaciones tecnológicas y la incursión de la IA, deberían de ser la punta de lanza tanto para la estrategia de las empresas este nuevo año, así como para la experiencia del propio consumidor.