Después de tres meses de negociaciones, la UE y Marruecos firmaron el pasado julio su nuevo acuerdo de pesca.
En este acuerdo, ambas regiones han acordado mejorar el anterior pacto “maximizando los beneficios para las poblaciones locales en los territorios implicados” y “respetando los principios de gestión sostenible”. El nuevo entendimiento también hace referencia a las aguas adyacentes al Sáhara Occidental, después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sentenciara el febrero pasado que no eran de soberanía marroquí.
En un comunicado conjunto, Bruselas y Rabat afirmaron haber renovado su unión pesquera incluyendo varias “mejoras” del anterior convenio, que expiró el pasado 14 de julio. El acuerdo previo permitía el acceso de 126 barcos comunitarios a la zona de Marruecos en el Atlántico para capturar especies pelágicas y demersales. A cambio, la UE aportaba una partida económica de 30 millones de euros anuales, que se sumaban a los 10 millones que pagaban los armadores.
Aunque quedan pendientes los detalles del nuevo acuerdo, se prevé un aumento de las licencias concedidas a los barcos europeos, además de las capturas y la contrapartida que percibirá Marruecos. De esta forma, se estima que 128 barcos europeos podrían faenar en las aguas del país magrebí en los próximos cuatro años, que entonces recibiría una contrapartida de 52 millones de euros. Pero quizás el detalle más relevante de este pacto renovado es su referencia a las aguas del Sáhara Occidental, sobre las que el TJUE sentenció que Marruecos no tiene ninguna potestad.
El 90% de las capturas europeas se pesca en aguas saharauis
El acuerdo de pesca con Marruecos no se puede aplicar en las aguas del Sáhara Occidental. Así lo ratificó el TJUE el pasado febrero, al afirmar que estos caladeros “no están comprendidos en la zona de pesca marroquí”. Si se incluyera este territorio en el acuerdo pesquero, la corte europea declaró que se “conculcaría determinadas normas de Derecho Internacional”, más concretamente el principio de autodeterminación.
El TJUE subrayó que las aguas saharauis no forman parte del territorio de Marruecos, por lo que no tiene soberanía sobre ellas. Sin embargo, las capturas en esas aguas suponen más del 90% del total de la explotación europea, en el marco del acuerdo ya expirado. Unos 90 barcos de la flota española faenan en estas aguas. Aunque fuentes comunitarias afirman que el nuevo acuerdo incluye una referencia “explícita” al caladero saharaui, también señalan que el nuevo pacto se ciñe a la ley y que “respeta” esta sentencia.
Además, la UE y Marruecos se han comprometido a distribuir el impacto económico y social de la actividad pesquera entre la población del área. De esta forma, Marruecos accede a consultar a la población local para analizar las consecuencias que pueda tener la actividad de la flota europea sobre la comunidad saharaui. Para comprobar que Rabat se ciñe a lo pactado, la propia UE supervisará esas labores.
Por su parte, el secretario general de la Confederación Española de Pesca, Javier Garat, ha afirmado que están “muy satisfechos” con este nuevo acuerdo, y que espera que el proceso de ratificación se haga “lo antes posible”. La entrada en vigor del pacto se prevé a partir de diciembre. Antes ha de someterse a la ratificación de las instituciones legislativas y ejecutivas de ambos países, y durante este tiempo, la flota europea no podrá faenar en Marruecos. Por este motivo, el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, anunció que se aprobarían ayudas para los armadores y tripulantes afectados por la paralización temporal, además de la búsqueda de caladeros alternativos.