Cualquiera que se haya parado alguna vez a observar a su alrededor sabrá que la naturaleza tiene algo de mágica, pero también bastante de sentido común. Desde el brote más tierno de la pradera, al león más feroz de la sabana. Todos ellos forman parte del infinito ciclo del carbono. Probablemente, el proceso más eficiente y sostenible de la historia de la humanidad.
Nada queda en manos del azar. Cada célula está donde tiene que estar, cumple con su propósito y, además, lo hace a máximo rendimiento. Pero, ¿y qué ocurre después? ¿Qué pasa cuando finaliza con éxito su función? La materia volverá a la tierra y su esencia pasará a formar parte de otros sin abandonar nunca el prodigioso ciclo natural. El residuo es inexistente.
En Hinojosa observamos, analizamos y aprendemos de la sabiduría que nos envuelve. Por eso, detectamos que, quizás, la manera más sostenible de elaborar nuestros productos es intentando imitar a la Madre Tierra. Aprovechando al máximo todos los recursos que nuestro entorno nos proporciona, para después devolverlo y reintegrarlo en un proceso infinitamente circular: sin desechos ni desperdicios.
Somos nativos circulares
77 años de historia dan para mucho, pero hay cosas que nunca cambian. En Hinojosa somos, desde siempre, nativos circulares. Y es que, a pesar de que a través de la innovación nuestros procesos hayan evolucionado para ser cada día mejores, la apuesta por la sostenibilidad y la circularidad sigue estando en nuestro ADN.
Conscientes de la importancia de ser responsables con los procesos de fabricación, apostamos por los materiales que ni se crean, ni se destruyen. Solo se transforman. De hecho, el 99% de las materias primas que utilizamos son de origen renovable y el 88,14% de los recursos son de origen reciclado. ¿Por qué dar una sola vida al papel si podemos darle muchas manteniendo su utilidad?
Así es cómo lo hacemos: con el papel reciclado que fabricamos en cualquiera de nuestras cuatro papeleras, nuestras plantas de packaging elaboran envases sostenibles que, una vez utilizados por el consumidor final, son depositados en el contenedor azul y regresan a nuestras plantas de papel.
Un viaje de ida y vuelta
Según WWF España, nuestro modelo actual de producción y consumo necesitaría de media 1,75 planetas para satisfacer todas nuestras demandas de recursos naturales.
El dato impacta. Pero, lo que de verdad sorprende, es el esfuerzo global que todas las personas estamos realizando para adaptarnos. Todavía queda mucho por hacer y es vital que avancemos más rápido, pero el camino está claro. El reto está en nuestras manos.
Con el objetivo de minimizar al máximo nuestra huella ecológica y facilitar soluciones de packaging más sostenibles y eficientes, en Hinojosa apostamos -al igual que la naturaleza- por generar el menor número de residuos posibles. Por eso, todos nuestros productos siempre terminan por volver a casa y, además, el 95,17% de los residuos generados se destinan a diferentes operaciones de valorización.
Es precisamente por este motivo que plantas como Hinojosa Paper Alquería e Hinojosa Packaging Xàtiva fueron las primeras del sector del packaging y del papel en certificarse con AENOR como Residuo Cero. Ahora, nuestro objetivo principal es lograr que este reconocimiento llegue a todos nuestros centros.
El ciclo del agua, también en nuestras plantas
La circularidad no solo es un valor a tener en cuenta en la materia prima que nos ayuda en la producción de nuestros envases, sino también en los recursos naturales que utilizamos, como el agua y la energía.
Al igual que en el medio natural, nuestras plantas reutilizan los recursos hídricos que se utilizan para la elaboración de productos y, además, conscientes de su importancia, contamos con sistemas que nos permiten minimizar su consumo.
Del mismo modo, sabemos que resulta fundamental apostar por aquellas fuentes de energía con menor impacto en el planeta. Por ese motivo, seguimos invirtiendo en energías renovables como la fotovoltaica en plantas como Córdoba, Guadalajara o Valladolid.
Creemos en el poder de la innovación y, especialmente, en el potencial de las nuevas ideas para seguir reduciendo nuestra huella. Si el secreto está en la naturaleza, seguiremos aprendiendo de ella…